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Within Us Without Us

Editor: Fiorella Dorotea Gentile
www johnlennon.it
www.e-journal.it



El mundo dentro de nosotros y el mundo fuera son la misma cosa, aunque es difícil entenderlo y aceptarlo. Los ódios, el maliño y las gueras estan primero dentro de nosotros. Admitir esta verdad es ya un gran éxito.






 


De John y Paul a John Paul II:
el gran sí.


Se llaman lugares comúnes, pero más que lugares comúnes tratase de cementerios de la verdad, banalidad que distraen del auténtico, de lo justo y de lo bueno y atraen la atención... o deberían atraer la atención en las intenciones de quien dice... sobre el que las sustenta. Beauty is in the eye of the beholder, dice un refrán inglés. Entonces damos junto un pequeño paso. Cogemos a John Lennon: ¿Cual es la banalidad que salta a la cara enseguida?

John Lennon hizo demasiado dinero: ¿como pudo cantar Imagine no possessions...? Fácil para él, que tuvo mucho, demasiado... y entonces fue un falso histórico, una contradicción en términos. No, fue sincero.

¿Cómo ha logrado John hacer el milagro de alcanzar los corazones de muchos jóvenes, antes y después de su muerte? ¿Qué hace así precioso el hombre de atraer a si millones de otros hombres, encendiendo en sus corazones un vibrante llama de amor, una sensación de bienestar, una intuición de hermandad, un rasgón de conciencia sobre el futuro, un sí?

Contradicciones... oposiciones: John Paul y John Lennon. ¿Pero qué entra aquí un cantante rock, un laico, con un Papa? Ya siento a alguien gritar a la profanación, a la blasfemia, pero no es así. Subir a más altos niveles de conciencia, descender en los meandros y en los abismos de nuestros corazones y nuestras mentes necesita gran energía. Puedes llamarla vocación o bien alguien, algo te llamas, te sientes llevado, vas.)

El artista se siente llamado de lo desconocido y por una inquietud pone mano a la materia, la forja, extrae de esa una forma, un sonido, una palabra... y el religioso se siente llamado, es inquieto, a veces tiene miedo, retrocede, está a punto de quizás arrepentirse, pero luego procede, peldaño después de peldaño, forja su voluntad.

Su escucha, su creación son más un sacar que un añadir. A aquel peñasco de piedra que es su personalidad saca lo superfluo de las opiniones que cambian, de los deseos y de las autocompasión, todo el ajuar de nuestros tiempos.

Ambos llamados, ambos creadores. No hay contradicción entre cuánto somos, cuánto pensamos, cuanto posedemos y cuánto soñamos con ser y tener, por cuanto diferentes puedan ser los dos. Hay continuidad, un camino de acercamiento, en medio, que puede cumplirse en un según o en toda una vida. Grita al escándalo solo al holgazán, el que no quiere acercarse a la llama, porque teme de quemarse. Quien que no acumula su leña, no pone junto los suyos él, pero prefiere golpear las sendas del no, del miedo, de la muerte... un po.

John y Paul. Los Beatles. Hubo un escándalo cuando Lennon, en una entrevista, comentó que en aquel entonces histórico los Beatles fueron más famosos que Cristo, pero fue sólo una observación. Lo que ha ocurrido entonces en los días de la muerte de John Paul II ocurrió alrededor en los días de los Beatles. Fueron los presagios de los grandes conciertos, que habrían recogido alrededor millones de jóvenes a un artista.

Hoy es normal, pero primera no sucedió así. La música no reunió las muchedumbres... quizás si nos incitamos en el pasado... fue quizas el deporte y aún más atrás los grandes espectáculos, también aquellos crueles o las guerras, de religión y no. Guerras que de religioso sólo tuvieron el nombre.

Los Beatles han empezado a cantar cuplés de amor; la gente ha empezado a comprarlas y se ha sentido atraída por aquel pintado sí. No tuvo ninguna importancia quienes fueran de veras John y Paul, George y Ringo. El importante fue que fueron una alhaja aglutinante para los jóvenes. Estuvieron allí todo, cada vez más numerosos, a hacer de espejo a aquella idea, a creernos y difundirla. All you need is love... una frase simple, cantada de manera simple, vestida de paños pintados e interpretada por caras jóvenes y un poco maliciosos, pero de manera aceptable...

una primera chispa de autodeterminación. Es allí que los jóvenes han nacido, primera no hubieron, como frente de rotura como avanzada de visiones cada vez más abiertas, cosmopolita, fraternas. Un ejército al servicio de la Nueva Conciencia. Un ejército multicolor, un poco ordinario, al servicio de si mismo, como es justo que sea.

Es seguido mucho mas. Mucha leña al fuego. Han nacido nuevos antagonismos musicales, estilísticos, nuevos antagonismos políticos. Antes todo junto y luego han tenido que preguntar... ¿De acá o de allá? ¿A la izquierda o a la derecha? ¿En esta manera o en aquella otra?
Y fue importante preguntarselo, alinearse, por qué eso ordenó tus elecciones, te ayudó a elegir vestidos, profesiones y fes. Pero los que han nacido de aquella pequeña y grande revolución cultural love power, hippie... llamamola así... fueron semillas nuevas. Brillantes y coriáceos.

Sí, la violencia tiene su ciudadanía en el corazón del hombre y no se distingue en fin tan en la fuerza de la energía del amor, sólo se trata de darle un justo señal, una justa dirección.

Soy un hombre violento, pero lo sé." Fue éste que empezó de veras a hacer la diferencia. Una conciencia mayor, una lucidez que sorprendió, una ironía nueva, una alegría compartida en el presente, una especie de hedonismo del instante, un nuevo poder ampliado de lasconciencias. Drogas o no drogas, algo de realmente nuevo se introdujo en la nueva generación y la sacudió toda, quién más quién menos, quién a la derecha, quién a la izquierda, con escalofríos de eternidad y universalidad.

Nosotros hormigas levantamos la cabeza, nos miramos los ojos, descubrimos de ser bajo el mismo cielo y en la misma casa.

¿Una visión digna de Escher? Toca un poco extraña, excesiva. Como si se molestaran los grandes sistemas para explicar cosas que no los merezcan y no los conciernan, pero no es así. Llevo mi testimonio. Yo viví, inquietamente, en una pequeña provincia italiana, como muchos jóvenes en Italia. De verano huí a Londres, por la lengua y por el alma: necesité escenarios más amplios. Chris me invitó a ir con él a la isla de Wight fue un encuentro de jóvenes, en la parte no habitada de aquella isla, en el estrecho de la Manga, justo bajo. Fue un concierto sobre la falsa raya de aquéllos que precedieron: Monterey Pop y Woodstock. Grandes nombres americanos y grupos. Personalmente hice parte de aquellos jóvenes que adoraron desde siempre la música y seguí entonces la producción de los Beatles y los otros grupos pop en boga, con alguna tentación, siempre evitada, de fanatismo. Algo dentro de mí cuchicheó que todo ocurrió por mí, por una revolución individual de que sentí necesidad, un camino de afrancamiento de la banalidad, pero vagamente intuí que el terreno fue rociado de minas y que a cada paso hubo el riesgo de caer en alguna trampa. Estoy segura que ha sido esto el nuevo respiro de una generación. La intuición de lo nuevo casada al temor de recaer como las generaciones anteriores en las dogmas, en las rigideces, en el no.

Usted por fin se halló frente a la posibilidad de decir un gran sí a la vida, al arte, a la hermandad, al amor, incluso reconociendo las diferencias entre pueblos, mentalidad, razas, edad y religiones.

El gran sí es iniciado allí. Se ha mezclado a los gritos de las jovencitas por la bonita cara de Paul, a la sexualidad primero demasiado oprimida, en fin demasiado liberada, a los porros, a las cañas, a los joint, a los reef, a las danzas, a los vaqueros, a las risotadas, a los llantos, a las dudosas improvisaciones, a los nuevos alambiques, a las contestaciones familiares, políticas, al nacimiento de un nuevo empeño social, que no fueron otro que los riachuelos en que se encaminó el río del nuevo ejército de los jóvenes. Bajaron al mar, por nuevas calles y sobre todo con nuevas ideas.

No fue todavía una revolución de lo bueno. Fue una revolución de la mente. De qué fue justo o no fue justo, qué fue deseable o no, de qué conviniera desear. Revolución del cuerpo y la mente, primera que del corazón.

Si contraemos el tiempo de modo que ver mejor cosa ha sucedido, vemos el gran cuerpo de los jóvenes sacudirse, recuperarse, enderezarse, vibrar, experimentar el mundo y encaminarse.

Conciencia colectiva, se dice, la que es al mismo tiempo en cada uno y en todo, en lo minúsculo y en lo inmenso, en la inteligencia y en la estupidez. Peldaños de crecimiento. Y la aparente existencia de dos verdades ha sido el punto crucial que este cuerpo se ha encontrado a encarnar y a deber solucionar. Un antagonismo transversal que va del dualismo más superficial: ¿Beatles o Rolling Stones? ¿Este equipo o aquel otro? ¿Conservador o progresista? ¿Reaccionario o revolucionario? ¿De derecha o de izquierda?... hasta los grandes antagonismos de la historia: ¿eres un burgués o una artista? ¿Un rico egoísta o un pobre bueno? ¿Eres un laico o un católico? O mejor ¿Eres un laico o religioso?

Todas este contraposiciones están poniéndose por suerte anticuadas. Han estado útiles, como todas las oposiciones, para crear una fricción entre las conciencias, para tenerle despertadores y atizar aquel fuego en que quema cada dualismo antes de engendrar nuevos sentidos.

Y si hoy todavía resisten dos áreas, que parecen de veras contrapuestas, fortaleza una de intereses individuales, de personas y partidos, la otra de una aspiración a la abertura social en el interés de muchos y en lugar de del interés de los individuos, también esta tergiversación funcional es destinada a dejar.

El interés de un individuo no puede existir si no atara al interés de todos los otros. El interés de todo no puede existir si no liberando la conciencia de los individuos y dejando que vuelen para arriba las aspiraciones más fuertes.

Y hemos llegado aquí hoy en día.

Por quien ha trabajado siempre en el ámbito de la cultura de los jóvenes ha sido ver el gran éxito de alguien como mustiarse. Los jóvenes han nacido con los Beatles, han predicado con Dylan, bailado con las músicas más folk de los pueblos, lo afro, el reggae, los ritmos latinos...) han ejercido y desafiado las mentes en los años setenta con el gran rock de los grupos y se han entregado a los U2 por el transbordador hacia el futuro, que no ha sido.

La música arrastró alegría y palabras, intuiciones, colores, esperanzas y nuevas ideas. Luego, todo de repente, ha bajado el silencio. Un instante antes de la tormenta, un según antes del estallido, la suspensión en la banalidad y en la crisis de los años '80.

Allí se han consumido muchas nuevas experiencias, pero más privadas. Fuera, ningún adhesivo que mereciera la pena. Y, en la alternancia entre de diez años lleno y de diez años vacíos de sentido, es crecido el corazón de la humanidad.

Han sido aquellos años en cuyo jóvenes han nacido, también para salvar a sus padres, para rescatarlos del obscurantismo del mécanico y del sueño.

El grito es el símbolo joven, a los espectáculos de los mismos artistas preferidos, sobre la tela de un pintor, en una manifestación política...)

Se chilla para prevalecer sobre el parloteo, para hacerse sentir de más personas, se chillan para expulsar los demonios de la desmotivación y el aburrimiento.

La generación ácida y humeante, incluso antes aquella desgraciada y heroinómana, ha sido una generación experimental que has agigantado dentro de si los fantasmas escondidos del pasado. Contradicciones y muertes, violencias, prepotencias, pero sobre todo inconsciencias o bien inconsciencias y culpas.

Las generaciones anteriores entregaron un mundo culpable, pero ignorante de si y por lo tanto paradójicamente inocente. Mientras la aspiración a la inocencia se despertó una entera nueva generación y en aquel despertar se encontró sobre los hombros, además del pecado original imputado a la entera humanidad de la Iglesia católica, también las culpas de los padres dormidos.

La revolución de la cultura juvenil... beat antes, de manera un poco privada... rock, después... de manera más desesperada y violenta, con una magnífica intuición se ha encontrado a enfrentarse con las culpas y la aspiración a la libertad. Libertarismo individual y/o de las naciones de un lado y represión cultural y política, régimenes autoritarios, del otro y, del choque entre estas dos frentes, guerras de cada tipo, cada facción contra la otra, mientras sobre los palcos, a los conciertos, artistas se alternan sin más palabras, que no sean de muerte, sin alegría de vivir. Se conforman con pregoneros, de empleados de la música, de profesionales del entertainment.

Pero ya, estaba contando isla de Wight en el 1970, y me he perdida por calle. De la pequeña provincia, de sus rituales y de sus mitos, de los pocas ideas bien maduras que frenan e intentan disuadir cada desviación, salir sobre un campo ilimitado de 100.000 personas de cada raza y color, religión, cultura por dos tres días a contacto de codo y cortina es una emoción primaria que indudablemente ya imprimida en nuestro ADN como experiencia de los campos de batalla del pasado, de las reuniones de loco en las plazas, de los grandes encuentros.

Dentro algo se agrieta y eres feliz de eso, se desquicia todo un sistema de creo, una costumbre que te ha sido entregada. Respiras a pulmones ampliados, piensas con una mente dilatada, pero sobre todo sientes en el corazón una emoción grande que a veces intuiste cuando fuiste niño, pero siempre fue una experiencia solitaria y a veces por tal motivo un poco frustrante. Y se presenta allí, renovada, compartida, ampliada. Magnífica.

John la sintió de seguro frente al milagro que su sueño de rescate, de la soledad afectiva y de la mediocridad cultural de la familia en cuyo fue crecido, evocó con el éxito de los Beatles, las muchedumbres aullantes en los aeropuertos y a los conciertos, en los programas. De repentino se encontró a enfrentarse con lo que aparece más grande, más numeroso, y más fuerte que nosotros. Su respuesta fue no, ya no sois grandes de mí. Dentro oigo un tamaño todavía mayor, que es también desesperación y duda suprema, una sagrada inquietud la ha llamado el nuevo Papa Bendito XVI, la gana de gritar un sí que tampoco conozco.

También John ha sido una señal sobre el camino de las generaciones. Ruego de esta parte. ¿Imaginamos junto, dice Lennon.... ¿Y la idea de donde le ha venido? Su compañera japonesa. El este que de una idea al oeste, que la potencia y la celebra. ¿Somos la mente para imaginar y llegar... cuál la meta?

¿Adónde estaríamos yendo? Lennon dijo, y lo cojo a símbolo de un par de generaciones al menos, dijo: no estoy sino un cantante... tampoco tan bueno como músico. Es mi instinto. No me sobrestiméis, no quiero vivir en la prisión de vuestras expectativas. Déjadme en paz. Déjadme libero. Estéis libres. Al menos probáis. Seáis los artistas de vuestra vida... la exhortación a una revolución individual, pero no egoísta. ¿Cómo se hace a solucionar este problema? Si pienso en mí, sólo a mí, soy egoísta y olvidadizo quien es detrás, pero Lennon dice... me gusta "escribir los himnos..." y si hubiera podido también hubiera escrito aquellos nacionales. Ha logrado ciertamente a escribir de ello muchos y en mí al amor terrenal por uno al amor para la madre, para la mujer, para los pobres, por los oprimidos, tiene hasta nuevo campo de Navidad, so this is Christmas and what have you done...?; el himno a la mente y a un empleo funcional y meritorio de las ideas y la imaginación; (texto de imagine), y no a su gran intuición..... el más susurrado de sus voces... he encontrado la solución... dentro tengo todo. Dentro de todo tienen todo, que lo sepan o no, que los intereses o no. Y entonces, si pienso en mí y me respeto casi como algo de sagrado, de mágico, que no conozco bien, si también canto, con todo mí mismo, el más banal de mis vidas privadas, estoy cantando por todos. ¿Estoy yendo más allá de mí mismo, más allá del egoísmo. Y si éste pequeña-gran dicotomía puede ser superada por la ecuación exterior = interior, entonces por qué no pruebes nuevas síntesis como un ejercicio artístico como una gimnasia de la mente como un ruego?

Ya, porque Give Peace a Chance es la esquirla de la nueva bomba que se ha cebado. Vivimos en un mar de contradicciones y guerras, desastres, cataclismos, pobreza y muerte, pero, a pesar de que el ojo vea y la mente semejas saber, a pesar de o quizás gracias a todo eso, nosotros soñamos con una nueva realidad. Enterramos las semillas de nuestro futuro. Está una verdadera romería en el santuario; somos todo directo a honrar al gran Papa, que ha osado preguntar a la muchedumbre reunida: qué habéis venido a hacer"? Y éste que tenéis que preguntarvos y saber. No es tiempo más por turismos inconscientes. ¿Qué estamos llorando? ¿... o quizás añorando?

Ciertamente también John Paul II se ha encontrado a conjugar el uno y lo múltiple, él mismo y todavía los y como las raíces, una cultura limitada, una tradición política represiva, con los humores, los terrores y los éxtasis de las grandes muchedumbres. De humilde obrero polaco a humilde obrero del Dios, aplaudido por medio mundo, o quizás algo de más que mitad, como al tiempo fue por un grupo musical de Liverpool,

Aquel Papa es por muchos de nosotros primera ancla que una persona algo dentro. Representa las posibilidades que tenemos de obrar en nuestro periódico, con obstinación, obstinación y ánimo, no llorando nos apoyo y no parándonos frente al dolor, físico, psicológico o emotivo que sea.

Y con la muerte algunos hombres se vuelven más grandes, y nace un real culto, porque su idea aún más puede volar alta, libre de cada dos más que su vida puede evocar en las otras. Ha sido así para Jesús Cristo, para Lennon, para Papa Woityla y otros. No hay ninguna blasfemia en este mi pensamiento. No se trata de confundir sagrado y profano. San y drogadictos. Religiosos y hedonistas. Divinidad y profanos.

Es justo esta la novedad. Tenemos dentro todo de nosotros, aunque sobre esta escalera, que va de la tierra de la indiferencia al cielo de la creatividad y el amor, cada parada, por un instante o por toda la vida, sobre peldaños diferentes.

Me asombré de no sentirme más demasiado atraída por la música. creí fosos un hecho atado en la edad, pero en los días de la muerte de Giovanni Paolo II he estada junto a muchos hechizada de esta nueva manifestación extraordinaria de la conciencia.

Un hombre anciano sufre, que ha dado cuánto pudo a los otros; un hombre enfermo muere. No tiene importancia que sea justo, John Paul the Second, tiene importancia el rebote que el cuerpo social padece y una vez más y por fin... de nuevo los jóvenes salen a testimoniar."

¿Pero qué significa? ¿Es el lenguaje de la fe que se afirma ni más ni menos de como ha sucedido en los años 70 por el lenguaje de la experiencia de las drogas, leer o pesados que fueran, y del rock, o bien es junto un peldaño que todo estamos a punto de subir, quién como conduce, quién como animador o tutor, quién como vanguardia, quién como retaguardia?

Cambios epocales. Pequeñísimos crack interiores, capaces de mover loca ilimitado y, lo que más importa, capaces de alcanzarnos dentro, personalmente, como un virus positivo, eversivo, curativo.

La gente está sorprendida de si mismo, de lo que logra sentir. Somos turbados por escalofríos de amor, justo cuando temimos de estar sobre el umbral del nada.

El todo nos ojea socarrón y nos sorprende, y dentro se mezclan los versos de los Beatles "She loves you - ye ye ye ye" con aquellos del Papa": John Paul II loves you" y no sólo. Cambian las prioridades. La valencia de las cosas. La libertad adquiere sentidos muy diferentes: no es mucha libertad de este y de aquel, es libertad de hacer, de ser, de sentir, también a costa de sacrificar el instinto y la visión sensual y consumista de la vida. ¿No es quizás este el testimonio de las muchedumbres a los pies del ataúd del Papa?

Entrevistados, muchísimo contestan: haber venido aquí es mi modo de decir gracias ". Extraña consideración en tiempos acusados de materialismo. ¿Cómo sería a decir? ¿Haces un viaje, un esfuerzo físico, material, como regalo a una persona muerta? ¿Qué estamos diciendo todos , sin enterarse?

He entendido que el sacrificio de mis instintos, en el caso de las naciones se podría decir egoísmos nacionales, en nombre de un sentimiento ideal, de algo invisible y hasta más humano, al menos en el sentido físico, es la verdadera manera que tengo no sólo de dar a todos los otros pero también de tomar del todo

Un sacrificio de si que uno tiene que entender que significa por él, en sus posibilidades, en su experiencia, un sacrificio que ya no es aquella capa represiva, el evitar sin saber por qué, sin creer. ¡Ya no es aquella concepción escayolada de la vida que los hijos reciben de los padres y contra cuyo han estallado en los años 60 la revolución hippie, en los 70 aquel rock, en los ochenta aquella yuppie y en el '90 aquella "poli-todo": polietnica, policultural, polimorfa, polícroma... política!

Aquí el sacrificio está unido a la alegría, decantado por el autovittimismo.

Los acurridos a Roma a saludar al Papa que murió somos nos mismos: cuerpos de la sociedad, células de un sólo Cuerpo Planetario, emisarios de Cristo, Buda, Alá..., manifestaciones múltiples de cada unidad primaria. Juanes y Pablos del Ningún Lugar, del cada Lugar, de la Unidad.


Uri Geller Lennon's Alien Egg

Interview with Uri Geller

Fiorella Dorotea Gentile: "Uri, how would you synthetically introduce yourself? Should you describe your up-till-now journey with few words only, which ones would you choose?"

Uri Geller: "I am an explorer of the mysteries of the mind and the universe."

FDG: "You met John and spent some time with him. In your opinion, who was John Lennon? Was he happy or sad at that time?"

UG: "John Lennon was a genius of music and spirituality, and content with life."

FDG: "Which is your opinion on Peace? Is it the same than John had?

UG: "Yes, world peace, universal peace and inner peace. I wrote a piece on John, it’s on my web site, you may use it on your site until further instructions, love Uri"

FDG: "Thanks, Uri, I'm goin' to post it. The best luck for your life, for our lives


Excerpt from www.uri-geller.com

"...Uri's new life in New York, on the corner of East 57th Street and First Avenue, was every inch the celebrity whirl. At a party given by Elton John, he met John Lennon, and the two immediately clicked. They arranged to meet again in the coffee shop of the Sherry Netherland Hotel on Fifth Avenue, and made this a regular date. They talked about paranormal, spiritual matters, Sai Baba, a popular Indian guru Lennon was interested in (and who performs a number of Geller-like effects for pilgrims who come to see him from around the world) and UFOs. A few weeks before Lennon was killed, and the last time Uri and he met, he told Uri an amazing story.
He explained how he had been lying in bed in the Dakota Building where he lived, when he saw an exceptionally bright light seeping under the bedroom door. He told Uri he thought someone had aimed up at his apartment an outdoor floodlight of the kind used at film premieres. He got out of bed, he told Uri, opened the door and saw the source of the light was actually in the next room. Lennon then felt something touching the back of his knees and his elbows and urging him into the light. 'I asked him obviously whether he was drunk or on drugs,' Uri relates, 'but he insisted he was perfectly awake and aware and had not taken any drugs. In the middle of the light, he said, he saw a hand stretched out. He described it as, "a typical alien hand," like the ones you see on science fiction books, and it held something. He knew intuitively that the hand wanted to put something into his, and he held his hand out. Then everything turned off, the light went off, the room was clear. And he found himself standing there with this egg-shaped, brass-type lump of metal in his hand. And then John put his hand in his pocket and said, "Uri, I want you to have this.". It was as if he felt he was going to be killed and wanted someone to have this thing who would know where it came from and would believe him and look after it.'
Uri keeps the smooth metal object today in the hands of a 16th Century Tibetan brass statue in his house. The little piece of metal is certainly quite unusual, rather heavier than its size suggests, but for those anxious to know what it is, Uri is unhelpful. 'I purposely don't want to have it analysed because I don't want to be disappointed. I don't want someone to come up with a story that it's made in Korea. I'd rather leave it mystical,' he says..."